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Revista Digital

Gamificación, la oportunidad de aprender jugando

| Ana | Revista Digital

La mayor señal del éxito de un profesor es poder decir: Ahora trabajan como si no existiera

María Montessori

Cuando les hablo a mis colegas sobre la posibilidad de cambiar las metodologías transmisivas y pasivas, mayoritariamente usadas en nuestras escuelas, desde el siglo XIX (libro de texto, apuntes, ejercicios del libro para casa, clase magistral, aprendizaje memorístico, papel pasivo del alumno, control del aprendizaje mediante exámenes o test…) por metodologías activas, siempre me encuentro con la misma cara de perplejidad. ¿Y eso que es?

He aquí una posible definición.

Son estrategias que conciben el aprendizaje como un proceso integrador y constructivista, y no solo receptivo, donde la adquisición de los conocimientos están orientados a la participación activa de los alumnos a través de oportunidades y condiciones dadas (escenarios, actividades, casos, problemas, etc) por el profesor.
(Fuente)


Hoy en día no basta con impartir una clase magistral, creo que es lo que menos importa a los chicos. Lo principal es que ellos participen, que se involucren y con ellos la tecnología, (una apuesta segura si lo que queremos es motivar al alumnado) Sabemos que existen maneras novedosas de impartir clase tales como el flipped classroom, la gamificación o el mobile learning, otras son más viejas y su bondad está ampliamente testada, tales como el aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en proyectos, estudio de casos, el aprendizaje basado en tareas, etc.
Hasta aquí todo perfecto, pero, ¿por qué debería cambiar mi manera de dar clase, perfectamente aquilatada por el tiempo, mayoritariamente aplicada por mis respetables colegas, con la que yo aprendí y me formé como docente por estas otras que ni siquiera conozco?

En primer lugar, porque ya no vivimos en esos tiempos y los cambios son tan evidentes que está de más enumerarlos, basta con dar un vistazo a la forma de cómo nos comunicamos, nos informamos, nos entretenemos y la terrible dependencia que se ha desarrollado para con los celulares. Definitivamente hemos cambiado, las actuales generaciones de niños y jóvenes no viven el mundo que nosotros conocimos y que no tiene mucho en común con el nuestro y diré que esta realidad es tan contundente que si a nuestros maestros en las décadas de los 70, 80 o 90, les costó competir con la tecnología de la época (televisión, radio) para captar nuestra atención. Los docentes de hoy en día tienen que competir con las redes sociales, el internet, los teléfonos inteligentes y todo lo que con esto conlleva. Las formas de impartir clase deben adaptarse a los tiempos y los docentes debemos reevaluar y reinventar la forma de impartir nuestras clases, se lo debemos a nuestros estudiantes. 

Edgar Dale, pedagogo estadounidense, es uno de los que ha realizado estudios en esta área y nos muestra de forma gráfica sus hallazgos en el tema de: cómo se adquiere conocimiento. El cono de la experiencia, que a continuación se ve, es una forma clara de comprender el cómo y porque debemos cambiar en el aula, teniendo en cuenta que: símbolos orales es el profesor y símbolos visuales son los libros de texto y apuntes. Estos están situados en la cúspide, es decir que se olvidan rápidamente mientras que la experiencia simulada y la experiencia directa, que es el aprender haciendo, se sitúan en la base, es el aprendizaje que perdura en el tiempo.

Podríamos citar muchos más ejemplos, más autores y dar más razones para reevaluar nuestra manera de impartir la clase, pero basta con asomarse a nuestras aulas o ver una de las clases virtuales para comprender que el cambio con calidad y actualizado es necesario, es hoy.

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